Vídeos de agresiones y locuras
Llevamos unas semanas en las que la actualidad informativa está marcada por un protagonista común: los vídeos que circulan de móvil en móvil, vídeos que se cuelgan en internet o vídeos gravados por cámaras de seguridad. Y todos ellos nos muestran una cara dura de la realidad, despertando un gran debate entre la sociedad, que abre los ojos de vez en cuando para mantenerlos cerrados antes y después. Me refiero, como no, al vídeo de la agresión a una menor extranjera en el metro de Barcelona, también al vídeo de la agresión a un chaval de Boiro y a las imágenes que circulan por internet gravadas por “locos” de la carretera ( la carrera con un ferrari rojo, competiciones de velocidad entre A Fonsagrada y O Cádavo y cientos más que se pueden ver en YouTube).
Decía antes que la sociedad despierta, pero antes y después mantiene los ojos cerrados. Cuando hay revuelos como este, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza y condena esto y lo otro. Pero casos como estos suceden también cuando no hay cámaras de móvil o de seguridad.
A raíz de esto, muchos “irresponsables” han aprovechado para meter aún más la pata y demostrar que esto les hace mucha gracia. Y si no, leed un post de Eliana, para comprobar el efecto que en algunos causan los efectos mediáticos de estos vídeos.
Y aquí surge otro gran debate. Además de la falta de ética de estas conductas muchos se preguntan si la actitud de los medios es la correcta al publicar o no este tipo de imágenes. Podría debatir mucho sobre este último tema, con posturas contrarias y a favor. Lo cierto es que son muchos los expertos consultados sobre la idoneidad de mostrar o no estos vídeos. La mayoría coinciden en que los medios de comunicación no debemos enseñar esas imágenes, para no contribuir a alimentar este tipo de actitudes y también por respeto a las víctimas. Sí es cierto que emitirlas puede ayudar a que estos problemas se vean reconocidos y ciertos tipos de agresiones no pasen desapercibidos. Pero por el contrario, también desencadenan efectos como los que comentaba Eliana. Móvil en mano, chavales, adolescentes y no tan adolescentes repiten un juego equivocado y cruel.
Las críticas a ciertos medios televisivos por emitir estas imágenes pueden ser válidas. Pero no cuando vienen de otros medios con mayor culpa. Me explico. Me refiero a un medio de comunicación escrito muy leído en Galicia y del que tampoco hace falta dar más datos. Ese periódico fue el primero en publicar las imágenes de la agresión al chaval de Boiro. Como se trata de prensa lo que hizo fue publicar fotografías, eso sí, acompañadas muy bien por detalladas transcripciones de lo que los chicos decían en el vídeo. Posteriormente, este mismo medio afirma que decide no colgar el vídeo de la agresión en internet por respeto. ¡Sólo j... faltaría que colgasen el vídeo en su web para que miles de personas lo pudiesen ver cuantas veces quisiesen dándole al play una y otra vez! ¡Vaya afirmación, y tan tranquilos y con la moral muy alta se deben haber quedado después de ser los primeros en publicar las polémicas imágenes! Pero el asunto continúa días después, cuando en sus páginas publican que una televisión estatal paga a una chica por pasarle esas imágenes. Y acompañan la noticia de una foto en la que se ve a la televisión autonómica, con una periodista micro (identificable) en mano. Dicen en el texto que en el puerto de Escarabote había muchos periodistas, pues que hubiesen sacado en la foto al medio estatal culpable de pagar por esas imágenes. También, dicho sea de paso, que este propio medio se negó a vender o ceder ese vídeo a algunos medios de comunicación, me consta. Y ya se sabe que algunas teles buscan la forma que sea ética o no para poder conseguilas. Y como broche final, y como autobombo, publican una carta al director de un lector agradeciendo que ese periódico no haya entrado en el circo mediático de publicar esas imágenes. ¿Cómo que no las publicaron? (Y no voy a entrar en el tema de las cartas al director y los becarios, que no digo que se dé en este caso.)
Cada medio escoge su línea y su ética periodística, mejor o peor, criticable o no. Pero lo que no se puede hacer es tirar piedras contra el tejado ajeno teniendo goteras en el de uno propio.
Pero de todas formas no me gustaría que un mero debate mediático encubra estos problemas que deberían preocupar y tanto a la sociedad. Problemas como el de la violencia escolar que no son nuevos, pero que ahora encienden la alarma. Todos podemos recordar cuando éramos niños o adolescentes e íbamos a clase. Y recordamos peleas, agresiones, el abuso del más fuerte al más débil de la clase... Cuando se habla de acoso escolar me viene a la memoria una escena que vi en mi instituto, en cuarto de ESO. Un chico, uno de los “chulitos” de la clase, estaba sacudiendo la mesa de otro chico (y esa no fue la única vez que se metió con él.) El chico sentado ante la mesa, permanecía quieto, con cara de miedo y de preguntarse ¿por que no me dejas en paz? En ese momento entra la profesora. El agresor para y se sienta y la profesora lo que hace es esto: va a junto la víctima y le pregunta, y tú ¿no haces nada para que no te trate así? Ya os podéis imaginar, la profesora regaña a la víctima y no le suelta ni una palabra de reproche al agresor. No digo que el problema sea de los docentes, por supuesto no todos tienen esta actitud, pero como vemos, algunos se ponen incluso de lado del más fuerte, hundiendo más al pobre chico que tiene que aguantar algo que no merece.
¿En que sociedad vivimos? ¿Cuántos vídeos más como este tenemos que seguir viendo circular por delante de nuestros ojos sin ayudar a solucionar estos problemas?